Si eres fan de los JRPG, es probable que hayas estado esperando con ansias la llegada de Final Fantasy VII Rebirth a PC. Este juego, la segunda parte del remake de Final Fantasy VII, no solo cumple con las expectativas, sino que las supera. En este post, vamos a analizar por qué Rebirth no solo es un gran juego, sino que también representa un paso adelante para la franquicia y el género de los JRPG en general.
Un mundo que respira
Uno de los aspectos más impactantes de Final Fantasy VII Rebirth es su mundo abierto (o semiabierto). A diferencia del primer remake, que se sentía más lineal y limitado en términos de exploración, Rebirth nos ofrece un mundo vasto y lleno de vida. Desde selvas y bosques hasta desiertos y montañas, cada rincón del mapa está diseñado con un nivel de detalle que invita a la exploración.
Pero no se trata solo de tamaño. La sensación de inmersión que logra este juego es algo que pocos JRPG han conseguido. Las distancias entre ciudades y puntos de interés tienen un sentido realista, lo que hace que el mundo se sienta auténtico y vivo. Además, el juego está repleto de misiones secundarias, secretos y detalles que añaden profundidad a la historia principal y a los personajes que ya conocemos y amamos.
Optimización y gráficos
En cuanto a la versión de PC, Rebirth es un ejemplo de cómo se debe hacer un port. A diferencia de otros juegos que llegan a PC en condiciones lamentables, este título está hiper optimizado. Desde PCs de gama alta hasta equipos más modestos, el juego se ve y funciona increíblemente bien. Los gráficos son impresionantes, mejorando incluso lo que vimos en el primer remake.
Especialmente destacable es cómo el juego aprovecha el hardware de PC para ofrecer una experiencia visual que, en muchos aspectos, supera a la versión de consola. Los borrones y difuminados que se veían en PlayStation 5 han sido corregidos, lo que hace que Rebirth en PC se sienta como la versión definitiva del juego.
¿Por qué es el mejor Final Fantasy hasta la fecha?
Aquí viene la parte polémica: Final Fantasy VII Rebirth no es solo un gran juego, sino que, en mi opinión, es el mejor Final Fantasy que se ha hecho hasta la fecha. Y no lo digo desde un punto de vista emocional o personal, sino desde una perspectiva técnica y de diseño.
El juego combina una profundidad de gameplay, una complejidad de mecánicas y una estructura narrativa que lo colocan en un nivel superior. Aunque el sistema de combate puede no ser del agrado de todos (especialmente para los puristas de los combates por turnos), está bien ejecutado y ofrece una experiencia dinámica y satisfactoria una vez que le pillas el truco.
Además, Rebirth respeta el legado del original mientras añade nuevas capas de profundidad. Los «huecos» que nuestra imaginación llenaba cuando jugábamos al Final Fantasy VII original han sido rellenados con un cuidado y un detalle que solo Square Enix podía lograr.
La evolución del género
Final Fantasy VII Rebirth no es solo un gran juego; es un paso adelante para los JRPG. En un género que a veces se siente estancado en fórmulas clásicas, este juego demuestra que es posible innovar y evolucionar sin perder la esencia que hace a los JRPG tan especiales.
El mundo abierto, la profundidad narrativa y la atención al detalle son elementos que otros juegos del género deberían aspirar a emular. Y aunque no todo el mundo estará de acuerdo con los cambios (especialmente en el sistema de combate), es innegable que Rebirth es un juego ambicioso que busca llevar la saga a nuevas alturas.
Conclusión
Final Fantasy VII Rebirth es más que un simple remake; es una reimaginación que respeta el pasado mientras abraza el futuro. Es un juego que no solo satisface a los fans de toda la vida, sino que también atrae a nuevos jugadores que quizás nunca hubieran descubierto el mundo de Final Fantasy VII de otra manera.
Así que, ya sea que lo juegues en PC o en consola, Rebirth es una experiencia que ningún fan de los JRPG debería perderse. Es el Final Fantasy que necesitábamos, y un recordatorio de por qué esta saga sigue siendo una de las más queridas en la industria de los videojuegos.